¿Has oído hablar de Howard Phillips Lovecraft? Seguro que sí. Ha sido y es uno de los escritores de relatos de terror más conocidos y que más controversia ha tenido a lo largo del tiempo gracias tanto a su excéntrica personalidad como al contenido de sus libros. Prepárate porque vas a descubrir un montón de cosas sobre él en esta «pequeña» biografía de Howard Phillips Lovecraft.

¿Quién fue Howard Phillips Lovecraft?

Visión actual de su obra

Lovecraft habría sido un escritor más de no haber conocido la extraña suerte de convertirse en un referente de la contracultura del siglo XX. De no haberlo conseguido su obra estaría relegada a los espacios marginales en los que se dio a conocer de las revistas pulp y, desde luego, no se le habría perdonado ni uno solo de sus errores.howard phillips lovecraft biografíaNi su racismo, ni su identificación con el fascismo de Mussolini, ni su misoginia ni su homofobia soportarían hoy el peso de la lupa social puesta sobre la história por parte del presentismo. No existen muchos autores que, como él, sean tan controvertidos y tan inmunes a la quema cultural. Supongo que la clave está en que, paradójicamente, Lovecraft es un referente identitario para los mismos colectivos que habrían denunciado sus opiniones respecto a ellos mismos.

Su figura ha navegado a través de generaciones de adolescentes introvertidos, que han podido sufrir el acoso o la marginación, y que encontraban en la lectura una balsa de supervivencia sobre la que flotar y evitar el naufragio de la soledad. Sin duda ese es un mérito de la literatura de Lovecraft, y es una de las razones que le inmunizan frente al desgaste del tiempo.

Y, precisamente, por esa necesidad de mantenerlo vivo, es por lo que asistimos a un reciclaje constante de su figura personal y literaria. Por eso, y porque da dinero, no nos engañemos, aparecen estudios que le matizan. Definiéndole como racista, (pero), como un racista contextualizado en su tiempo y justificado por sus traumas personales. O descubriéndole como a un misógino, (pero), también como a víctima de una educación puritana.

Al tiempo que es reconocido como un fascista confeso, (pero), recordando su identificación con el bando republicano en la guerra civil española y su matrimonio con una inmigrante judía. Y es que ese (pero) lo resume todo. Un condicional que habla de lo contradictorio que continua siendo Lovecraft para la crítica contemporánea.

El problema es que o quemamos toda su correspondencia con amistades y familiares, que supone la prueba de su pecado original, o asumimos que podemos disfrutar de su trabajo sin tener que estar de acuerdo con sus ideas o actos (un criterio homologable a cualquier otra figura histórica) viéndole como a un genio, genio reaccionario.

Familia y educación de Lovecraft.

Lovecraft fue ambas cosas. Pero también fue todo un personaje. Un individuo raro que cultivó una imagen en la distancia, demasiado formal y repleta de brumas, que se desvanecía de inmediato una vez se le conocía en persona, tal y como aseguraban sus amistades. Pues su verdadero carácter era el de un hombre de buen humor, servicial y con un amplio círculo social.

Esta es la faceta que actualmente está más en boga, algo que hace dudar, nuevamente, de si no será una estrategia de la industria para reconvertir al escritor y mantener así la gallina de los huevos de oro. Pues hasta hace poco Lovecraft era presentado como un individuo antisocial, oscuro y depresivo, que odiaba al mundo. Lo cierto es que razones no le faltaron.

estatua de lovecraft en providence

Howard Phillips Lovecraft nació en 1890 y murió en 1937 en Providence, estado de Rhode Island, en EEUU. Era nieto de un gran empresario de Nueva Inglaterra, Whipple Van Buren Phillips, e hijo de Winfield Scott Lovecraft, un responsable de ventas en una importante empresa dedicada al comercio de plata y otros minerales. Su linaje, tanto por parte de madre como por parte de padre, era de los más antiguos del país, de los primeros puritanos en pisar suelo americano provenientes de Inglaterra.

Pero el pedigrí no te libra del mal fario. Su abuelo se vio obligado a vender gran parte del patrimonio para evitar la ruina absoluta, y su padre terminó falleciendo en un sanatorio mental tras ser ingresado por una complicación derivada de la sífilis. Años después su madre terminaría ingresada en el mismo hospital que su padre falleciendo tras una intervención de vesícula. Esto tuvo como consecuencia que, para cuando Lovecraft contaba con treinta y pocos años, la fortuna familiar se había evaporado, dejando la caja de ahorros repleta de telarañas, obligando a H.P.L a buscar trabajo para subsistir. Sus planes para vivir del aire no cuajaron.

Por lo tanto, Lovecraft creció en un hogar cargado de frustraciones, donde se le educó en una percepción de sí mismo que no correspondía con su autentica condición. Una idea de grandeza y de legitimaciones, propias de los burgueses decimonónicos, que se enfrentaba ahora con una cruda realidad que le obligaba a trabajar como “escritor fantasma” para otros autores, aceptando correcciones de textos mediocres a cambio de cuatro perras. ¿Es esto una razón para estar depresivo crónico, o no?.

Su vida dentro de un matriarcado.

Se ha dicho en muchas ocasiones que la madre de Lovecraft, Sarah Susan Phillips, le sobre protegió, aislándole del resto de muchachos de su edad, educándole en su casa bajo los principios puritanos y una conciencia de clase muy honda, razón por la que tuvo mala relación con ella. Pero lo cierto es que después del fallecimiento de su madre Lovecraft entró en una depresión profunda dado el fuerte vinculo materno-filial que mantuvieron.

sarah susan phillips madre de lovecraft

Y es que tras la muerte de su padre, siendo él un niño, la única figura paterna que pudo admirar fue la de su abuelo, quien falleció teniendo Lovecraft 14 años, dejando al muchacho como único varón dentro de un fuerte matriarcado formado por su madre y sus tías. Es probable que esta situación le agobiase ya que terminó casándose con una mujer 7 años mayor que él, Sonia H. Greene, económicamente independiente, madre viuda, nada apocada, inmigrante y judía, algo que no contaba con la aprobación del matriarcado en el que estaba inscrito.

Muy probablemente fuese una reivindicación de independencia frente a su madre y sus tías, una válvula de escape, pues se mudó con su mujer a Nueva York poniendo tierra de por medio con su familia. Pero su matrimonio fracasó y hubo de volver a la casa matriarcal con el rabo entre las piernas. (Muy contento no estaría).

Decepciones personales y fallecimiento.

Al pobre Howard le había caído encima lo más grande, pues no levantó cabeza ni para hacer gárgaras. Ni la educación exquisita, ni el perfecto pedigrí familiar (… que ya le habría gustado a la perra Lassie) le sirvieron para evitar la ruina. En su vida hay una palabra que predomina: fracaso , así, subrayada. Pues su matrimonio fracasó, su carrera fracasó y sus finanzas también. Murió de la misma enfermedad que su abuelo, cancer intestinal, sumido en una sensación de soledad y mediocridad que le hizo pensar que su obra no le sobreviviría.

Su última decepción con la vida fue el suicidio de su joven amigo por correspondencia Robert E. Howard (creador de  Conan), quien se había apuntado a la cabeza con toda la intención de no fallar. El propio Lovecraft llegó a fantasear con el suicidio durante su juventud tras la muerte de su abuelo.

biografía de howard phillips lovecraft

Con estos precedentes en la vida de H.P.L caben pocas dudas sobre como fue capaz de idear esos personajes demoniacos procedentes de los abismos del vacío cósmico. Pues la vida le traicionó cruelmente quitándole todo y dejándole en la nada más absoluta, ocultándole la gloria postrera que acompañaría a sus obras. ¿Cómo se puede explicar un ser humano esta mala suerte si no es mediante la presencia de seres demoniacos cuya única afición es la de malograr la vida de las personas hasta su perdición?.

Mi conclusión es que lo mejor será no pensar. (Por si acaso).

«La muerte es misericordiosa, ya que de ella no hay retorno; pero para aquel que regresa de las cámaras más profundas de la noche, extraviado y consciente, no vuelve a haber paz».
H. P. Lovecraft.

¿Qué es el Círculo Lovecraft?

Cómo se conocieron.

Como ya he avanzado en la primera parte del dosier, Lovecraft ha mostrado una imagen contradictoria entre su fama literaria y su realidad cotidiana, ya que es descrito como un ser antisocial y huraño cuando en verdad, en su día a día, era una persona con un circulo de amistades muy amplio, conectado con el mundo exterior y pendiente de las novedades que acontecían a su alrededor. Estaba muy interesado en los asuntos políticos y viajaba a menudo por el país.

Es muy llamativo que la mayoría de sus amigos fueron absolutos fans de su trabajo. Incluso a su brevísima esposa la conoció en una de las conferencias a la que él había sido invitado y a la que ella acudió en calidad de devota seguidora y escritora amateur. Es decir, que más allá de su fama, lo que deja entrever su grupo de amistades es que debió poseer una personalidad magnética que atraía tanto intelectual como humanamente.

círculo lovecraft

Precisamente, el denominado como Círculo Lovecraft, fue eso: un grupo amplio de escritores, en su mayoría mucho más jóvenes que él, que se consideraban, a un mismo tiempo, discípulos y amigos del maestro. Unos y otros se acogían en sus diferentes casas a lo largo del país.

Es maravilloso ver como Lovecraft fue capaz de usar el airbnb mucho antes de que fuese inventado. Un adelantado a su tiempo en muchos sentidos. No sé yo si las visitas de muchachos jóvenes a su casa de Providence, compartida por sus tías solteras, era correctamente interpretada por sus vecinos. Ya no quiero imaginar cuando él, un hombre de 40 años, se presentara en la casa de aquellos chavales, incapaces de hacer amigos de su misma edad en el instituto. Porque, ¿con qué cara le recibirían sus padres?. ¿Podría ser Lovecraft un antecedente involuntario de Enrique Ponce?. Quien sabe.

Pero, como estaba diciendo, Lovecraft debió de poseer un carisma especial que atrapaba a su público hasta el punto de incitarles a mantener una cercana amistad y seguirle en sus ideales literarios. Es esta otra característica contradictoria de Lovecraft, ¿cómo podía despertar semejante obsesión entre su publico y no haber conseguido triunfar en vida como escritor?.

¿Quiénes formaron el Círculo Lovecraft?

El caso es que, aquello que Lovecraft no consiguió lo consiguieron sus amigos y seguidores: convertirlo en un mito y engrandecer su obra conservando los originales para el resto del mundo. De haber seguido vivo probablemente habría experimentado un éxito tardío semejante al de R.R. Martin con Juego de tronos, porque los mimbres del éxito estaban ahí, sólo había que esperar a que llegase el momento adecuado.

 

miembros del círculo lovecraft

August Derleth (su heredero), Henry Kuttner, Frank Belknap Long, Clark Ashton Smith, Donald Wandrei, Robert Bloch y Robert E. Howard son los principales miembros del Círculo Lovecraft que lo conformaron. Para hacer patente la excepcionalidad del conjunto de admiradores de Lovecraft señalaremos que Robert Bloch fue autor de Psicosis, después adaptada por Hitchcock, y que Robert E. Howard es el principal representante de el género de espada y brujería, ya adelantado por Lord Dunsany, y creador de personajes tan inmortales como Solomon Kane o Conan el bárbaro.

A este grupo les debemos que hoy día conozcamos la obra de Lovecraft y su popularización. Especialmente a August Derleth y Donald Wandrei, quienes fundaron la editorial Arkham House, dedicada a recopilar y publicar la obra del maestro. Pero también son  responsables de la distorsión evidente del horror cósmico ideado por Howard Phillips Lovecraft.

Ya en vida participaron de la obra de su querido Lovecraft, invitados directamente por él, creando historias dentro de la órbita del genio, reciclando a las monstruosidades cósmicas imaginadas pero llevándolas a su terreno aunque no sin recibir correcciones de mano de Lovecraft, quien no dudaba en señalar aquello que no le resultaba adecuado.

Amistad y admiración hacia Lovecraft. (Influencia).

Mientras vivió Lovecraft el universo de primordiales y horrores arcanos se mantuvo contenido dentro de los rígidos parámetros lovecraftianos. Pero una vez muerto la fantasía desbordante de sus seguidores terminó por romper aquellos muros, devolviendo a las historias su pestuzo gótico original, del que había intentado escapar el propio Lovecraft.

Se pierde la frialdad cientificista del genio y se incorporan las supersticiones románticas de August Derleth, quien reconvierte Los Mitos de Cthulhu en narraciones místicas cercanas a la religión, algo que Lovecraft evitó a toda costa. Él era ateo y rechazaba la doble moral de toda religión. Es cierto que muchas de las fantasías arcanas se inspiraban directamente en leyendas y ciclos mitológicos antiguos, las cuales estudió profusamente, pero solo servían de base argumental, nunca como andamiaje de un pensamiento religioso.

Realmente es al Círculo de Lovecraft a quienes debemos la creación de Los Mitos de Cthulhu, pues fue Donald Wandrei quien convenció al editor de la revista Weird Tales para publicar el relato original del ciclo: La llamada de Cthulhu, anteriormente rechazado. Robert E. Howard dijo del texto: “..se trata de una obra maestra que estoy seguro de que vivirá como uno de los más altos logros de la literatura.

El Sr. Lovecraft tiene una posición única en el mundo literario, ha captado, a todos los efectos, los mundos ajenos a nuestra insignificancia.”. Howard supo ver el potencial de la historia mucho antes que nadie, pues hoy, el dios durmiente, es uno de los mayores iconos de la cultura pop occidental.

foto de howard phillips lovecraft

Lovecraft y Stephen King como el miembro apócrifo del círculo

Su grupo de amigos no veía en él otra cosa que no fuese al genio literario que realmente era, y defendieron su trabajo como si defendieran el legado antiquísimo de una civilización. Lo trataron como oro en paño y lo hicieron grande. Tal ha sido la importancia de ese acto que incluso Stephen King se reconoce como un deudor de Lovecraft y ha participado de los Los Mitos de Cthulhu, directa e indirectamente, añadiendo historias a la colección original del círculo de Lovecraft o introduciendo elementos lovecraftianos en sus propias obras.

Así encontramos paralelismos como El Rey Carmesí, antagonista principal de su saga La Torre Oscura, y que recuerda al Rey de Amarillo, avatar del lovecraftiano dios Hastur. O el villano Randall Flagg, también de La Torre Oscura, quien es identificado por sus seguidores como el propio Nyarlathotep de los relatos de Lovecraft. Un paralelismo que también está en el icónico payaso de IT (Eso), identificado igualmente con Nyarlathotep por las curiosas similitudes tanto en comportamiento como en características. Este paralelismo es tan evidente, reconocido abiertamente por el mismo S. King, que algunas adaptaciones cinematográficas de sus novelas como La Niebla (en cuya historia se narra la apertura de una raja interdimensional que permite el paso de criaturas abisales a nuestro mundo) se dan el lujo de sugerir la presencia del dios dormido Cthulhu.

Su propio hijo, el escritor Joe Hill, en su obra Locke and Key (cómic recientemente adaptado por Netflix) muestra una trama en un pueblo de Massachussets llamado Lovecraft, y donde los protagonistas entran en contacto con dimensiones desconocidas mediante el uso de llaves que recuerdan a la llave de plata de Randolf Cárter del Ciclo Onírico de Lovecraft.

En definitiva. El Circulo de Lovecraft no fue únicamente una red de contactos cercanos a los ideales de Lovecraft sino que es parte fundamental de su legado literario. Pues fueron capaces de perpetuar su memoria y convertirla en un icono de la contracultura americana, manteniendo vivo al genio de Providence, como en un estado de eterno letargo, similar al del dios dormido en su ciudad sumergida.

“En la morada de R’lyeh, el difunto Cthulhu espera soñando”
La llamada de Cthulhu
H.P. Lovecraft

Sobre el racismo y la misoginia de Howard Phillips Lovecraft

Sarah Susan Phillips (la madre)

Si Lovecraft hubiese acudido a la consulta del psicólogo lo primero que le habrían preguntado sería: … ¡cuénteme!, ¿cómo fue la relación con su madre?, y en ese justo instante Lovecraft comenzaría a llorar, rompiéndose de dolor a causa de años de sentimientos reprimidos. Sin duda la madre de Lovecraft le convirtió en el hombre que fue. La frustración de una burguesa, perteneciente a la élite de Nueva Inglaterra, pero venida a menos, en cierto modo, una fracasada, tuvo que hacer mucho daño al pequeño Howard.

No porque su madre no le quisiese, sino por todo lo contrario. Esa sensación de peligro constante para su hijo, una vez muerto el padre por sífilis (.. sepa Dios dónde la pillaría), habría convertido a Sarah Susan Phillips en un feroz guerrero Uruk-Hai que protegería a su único hijo (navaja de Albacete en mano), de todo mal.

El pequeño Lovecraft, como varón, debía ser su pasaporte de vuelta a la élite de Providence, casándose con una buena esposa de alto copete, y gran fortuna, a la que ella adoptaría como a una hija. Para conseguirlo era indispensable que el niño no se relacionara con ningún “barriobajero” que le desviara de su recto camino. Nada de ir a la escuela, que ahí se puede desgraciar.

Por otro lado era indispensable darle a conocer su legado familiar, dos linajes intachables de procedencia inglesa, de tez blanca y ojos azules, que eso ya daba una categoría en un país construido a base de inmigración europea. Ellos podían aportar un buen apellido inglés y eso debía notarse.

madre de lovecraft

La educación en casa, como mandan las buenas costumbres de institutrices británicas, de fusta hiriente y moño tieso. ¡Tú, hijo mío, eres más inglés que el té de las cinco!, y así te vas a educar, que la gente cuando te vea sepa de tus maneras de caballero victoriano trasnochado que gastas. Esa languidez y maneras de nariz empolvada le hicieron tremendamente reconocible. Uno le puede imaginar como a un Sheldon Cooper de la época. Realmente peculiar e inimitable. Un Snob británico incrustado en la América industrial. … All about of money!!.

Sarah Susan Phillips y su hijo

Todo esto pudo haber puesto el listón muy alto para el joven Lovecraft y, en consecuencia, todo aquello que no fuese alcanzarlo pudo haber sido visto por parte de su madre como un fracaso. La frustración habría llegado inevitablemente, y con ella las malas caras. Así que, cada vez que el muchacho volviese a casa con las rodillas despellejadas de jugar con los otros niños su madre le corregiría  diciendo: .. ¿pero tú eres tonto, hijo mío?, ¿quien es esa gentuza con la que te juntas?, ¿de qué sucia alcantarilla han salido?. ¡Mamá!, son mis amigos. ¡Silencio Howard!, ¡parásitos!, eso son. Y así todos los días, una decepción constante.

Cuando le viese escribiendo le diría con los morros fruncidos, como esnifando una ventosidad cósmica:. ¿otra vez escribiendo, Howard?, ¡cuando vas a dejar de perder el tiempo y te vas a poner a buscar un trabajo que nos saque de pobres!. ¡Mamá!, escribir es un oficio decente, muchos grandes hombres son escritores y tienen éxito. ¡Silencio Howard!. ¡Dinero, eso es lo que tienen esos grandes hombres!, ¡dinero! justo lo que nos falta a nosotros. O cuando, de pronto, Sara descubriese los gustos macabros de su hijo, tan lejanos de las buenas costumbres victorianas que admiraba: … ¿ya te has vestido de luto para el funeral de tu abuelo, Howard?. ¡Mamá!, mucha gente diseca a sus perros y los pone en el salón como recuerdo, ¿por qué no hacemos lo mismo con el abuelo y lo dejamos en la biblioteca?. ¡Ay!, desgraciado, ¡calla!.

Obviamente las cosas fueron a peor cuando los planes de Sara no se cumplieron y vio a su hijo envejecer sin hacerla abuela. Es fácil de imaginar esa cara constante de desaprobación ante las costumbres de su decepcionante hijo.

Sin duda, la desaprobación de su madre por ciertas cuestiones que a él le deberían apasionar, unido a que Sara no volvió a pisar ningún salón de la alta sociedad en su vida, dejándola un poso de amargura infinito, no ayudarían mucho en su relación. Las tardes de Sara junto a sus hermanas solteras no serían fáciles. Todo el día recordándole el fracaso de la educación de su hijo y la ruina de la familia, mientras se tomaban el té alrededor de la mesa camilla. Una imagen que podríamos comparar, fácilmente, con Marge Simpson y sus hermanas Patty y Shelma fumándose el décimo pitillo en una hora.

Sarah y Howard, un amor/odio materno filial

Esta relación tensa con su madre pudo aliviarse cuando ella cayó enferma. Lovecraft mantuvo con su madre una constante correspondencia que define verdaderamente su relación de mutua dependencia. Algo que se evidenció tras la muerte de Sara y la posterior depresión en Lovecraft. Aunque lo hayamos caricaturizado, hay un inquietante paralelismo entre la relación de Lovecraft con su madre y la descrita por Robert Bloch (uno de sus íntimos amigos) entre Norman Bates y su madre muerta en Psicosis. (¿A que ahora lo del abuelo disecado en la biblioteca ya no suena tan a broma?).

Respecto a la ausencia de personajes femeninos en sus historias hay un dato que está comprobado y es su absoluto rechazo a la literatura romántica, tan de moda en la época. Lovecraft rechazaba esas historias por encontrarlas ridículas y de muy baja calidad.

Pudo haber sido una lectura habitual en su casa, una señal de lo mucho que pudo haberle marcado ese matriarcado puritano de su juventud y que contraponía, claramente, al mundo masculino que representaba su abuelo, con el que pasó horas leyendo sobre mitología y otros temas que, sin embargo, sí que aparecen en sus obras. La influencia que pudo haber tenido su abuelo en él no parece estar muy bien explicada.

Sonia H. Greene (la esposa)

Nacida en Ucrania bajo el imperio ruso, se mudó a Reino Unido una vez murió su padre, dónde su madre les dejó, a ella y a su hermano, en un internado hasta que pudo reunirse con ellos en América tras casarse con un ciudadano estadounidense.

la mujer de lovecraft sonia

Fotografía de R. Kleiner, Sonia H. Greene y Howard Phillips Lovecraft, en 1921

Se la describe como una mujer de fuerte carácter, prueba de ello es que su difundo marido, otro inmigrante ucraniano que la maltrataba, acabó, según algunos historiadores, muerto a manos de ella. Antes de casarse con Lovecraft ya tenía una hija y un buen trabajo como vendedora de sombreros, un oficio que le reportaba grandes ingresos e independencia económica. Fue escritora y periodista amateur, algo que sirvió de enlace para conocer a Lovecraft. Su relación empezó gracias a sus colaboraciones profesionales en relatos como: El horror en la playa Martin, a la postre su obra más conocida.

Lovecraft se nos casa

Su matrimonio dejó perplejo al entorno de Lovecraft, ni sus tías ni sus amigos entendían aquella relación. Dado que no encajaba en los parámetros personales de Howard. Una relación con una mujer 7 años mayor, viuda, madre, independiente económica y personalmente, inmigrante y judía. La verdad es que resulta paradójica hasta para los lectores contemporáneos que conocen los principales relatos del autor y sus opiniones.

Sabemos de sus peculiaridades matrimoniales de boca de la propia Sonia, quien escribió sus memorias junto a Lovecraft tras la muerte de este, 8 años después, dejándola viuda, y sin ella saberlo, porque hacía más de 8 años que no se veían y supuestamente Howard había tramitado el divorcio. Parece que nunca lo hizo, por aquello del hoy no, ¡mañana!, algo que pudo haberle costado la cárcel a Sonia al haberse casado en segundas nupcias, estando aún casada con su anterior marido, lo que supondría una relación bígama.

Una pequeña cabronada de Lovecraft, no sabemos si consciente o no. Sonia intentó que la relación sobreviviera, pero la falta de comunicación, la distancia física por causas laborales, y la frustración profesional que vivía Lovecraft en el barrio de Red Hood de Nueva York terminaron por condenar el matrimonio. Sonia animó a su marido a que trabajara profesionalmente como escritor pero, según ella, el orgullo de Lovecraft le impidió aceptar la idea de cobrar por escribir, y eso que se dedicaba a corregir textos de autores patéticos que le exprimían anímicamente. Sonia creía en él, pero él no creía en sí mismo.

La relación se mantuvo a duras penas mientras Lovecraft intentaba que Sonia le acompañase de vuelta a Providence. Algo que no ocurrió, pues en Providence sería ella quien no encontraría trabajo. El propio Lovecraft explicó su resistencia a la ruptura justificándola en su negativa a reconocer, delante de sus tía, que su relación y su carrera profesional en NY habían fracasado.

Lovecraft y el sexo

Aún después de todo Sonia siguió defendiendo el honor e imagen de su marido con respecto a infamias y calumnias que se vertieron sobre él tras su muerte. Pues las especulaciones sobre su hombría, o capacidades como amante, se dispararon ya entonces. Dijo: Howard era apto sexualmente, pero siempre se acercaba al sexo como si no le gustara plenamente. Cumplió normalmente con sus deberes conyugales, pero sin mucho entusiasmo. (Así estaban las cosas).

Hay autores que definen a Lovecraft como asexual, sencillamente no disfrutaba del sexo. A fin de cuentas su matrimonio se rompió con esa justificación: incompatibilidad de necesidades e intereses. La correspondencia de Lovecraft parece indicar que esa teoría no está mal encaminada: El erotismo pertenece a un orden inferior de los instintos, y es una cualidad más animal que noblemente humana.

Hay una anécdota entre ellos que parece rematar la cuestión sin más vueltas de hoja. Y es que la propia Sonia reconoció que en una ocasión se fue a despedir de su marido pidiéndole un beso y este le contestó «No, es mejor que no».

biografía de h. p. lovecraft

Racismo en sus relatos

Con respecto al racismo presente en la obra de Lovecraft no hace falta explicar mucho dada la constante referencia a ello en sus obras. En origen podemos argumentar que su educación le introdujo en una visión maximalista por la que los europeos y anglosajones tenían preferencia dentro de la sociedad, lo que le hizo frustrarse, como le ocurrió a su madre, cuando su realidad no correspondió a la percepción que de sí mismo tenía.

Se especula con que, paradójicamente, su racismo se agravó durante su matrimonio y su estancia en los barrios bajos de Nueva York, que eran zonas de población mayoritariamente inmigrante.

Algunos extractos de sus obras como ejemplos de sus opiniones:

Aire frío: “.. La casera, una desaliñada, casi barbuda mujer española llamada Herrero, no me molestaba con chismes o con críticas de la última lámpara eléctrica achicharrada en mi habitación del tercer piso frente al vestíbulo; y mis compañeros inquilinos eran tan silenciosos y poco comunicativos como uno pudiera desear, siendo mayoritariamente hispanos de grado tosco y crudo…” (extracto sacado de «Aire frío«)

La llamada de Cthulhu: En este relato se aprecia una descripción más personal de los personajes hispanos, mestizos, o indígenas, a los que define como degenerados y mentalmente débiles por su condición racial.

“..Allí saltaba y se retorcía una indescriptible horda de monstruosidad humana que nadie salvo Sime o Angarola hubiera sido capaz de retratar. Sin ropa alguna encima, aquellos engendros mestizos rugían, vociferaban y se contorsionaban en torno a una gigantesca hoguera circular…” (sacado de «La llamada de Cthulhu»)

“… a uno de los policías, un hispano un tanto exaltado, a figurarse que había oído respuestas antifonales al ritual procedentes de algún lugar lejano y sin luz en lo más profundo de aquel bosque de ancestrales leyendas y horrores. Más tarde tuve ocasión de encontrarme de nuevo con este hombre, Joseph D. Gálvez se llamaba, que demostró ser molestamente imaginativo. Llegó hasta el punto de insinuar la existencia de un batir de alas apenas perceptible, y de haber vislumbrado unos ojos brillantes y una gigantesca masa blanca más allá de los árboles lejanos, pero creo que lo que sucedía realmente es que había escuchado demasiada superstición local..”

“.. Tras un viaje de extrema tensión y agotamiento, los detenidos fueron interrogados en la jefatura de policía, resultando ser todos hombres de muy baja extracción social, de sangre mestiza y enajenados mentales. La mayoría eran marinos. Unos cuantos negros y mulatos, casi todos de las Indias Occidentales, o portugueses de Brava, de las islas portuguesas de Cabo Verde, aportaban una nota de colorido vudú al heterogéneo culto. Pero bastante antes de que se hubieran realizado muchos interrogatorios, ya se había puesto de manifiesto que en todo aquello había algo mucho más profundo y antiguo que el simple fetichismo negro. Degradados e ignorantes como eran, aquellas criaturas se aferraban con sorprendente firmeza a la idea central de su repugnante fe..”

En otros relatos como El Horror de Red Hook, Lovecraft se explaya con las comunidades inmigrantes de italianos e irlandesas de religión católica, descritas como ignorantes supersticiosos. Una visión muy anglófila.

Si te ha parecido interesante la vida de H. P. Lovecraft y quieres profundizar más, te dejo estas tres recomendaciones:

Algunas curiosidades sobre Howard Phillips Lovecraft

  • La morada de Cthulhu podría ser real. En el relato de La llamada de Cthulhu se describe el encuentro de un marinero noruego con el monstruo en una zona del Pacífico sur. Los fenómenos extraños descritos coinciden con el relato publicado en 1928 por el matemático Francis Wyland Thurston denunciando una conspiración de ocultistas y la existencia de un testimonio de un tal Gustav Johansen, marinero noruego, que aseguraba la existencia de una isla misteriosa en el pacífico sur en la que perdió a toda su tribulación, siendo él el único superviviente. En 2017 el divulgador científico Jose Manuel Nieves se hizo eco de esta anomalía física en la sección de ciencia del periódico ABC con el titular: ¿Una burbuja de curvatura espaciotemporal en el Pacífico Sur?.
  • La ciencia ha podido escuchar a Cthulhu. En 1997 los micrófonos de la NOAA, la agencia estadounidense para el estudio de los fondos marinos, detectó con sus micrófonos submarinos un sonido orgánico que se pudo escuchar en un rango de unos 5000 kilómetros. Los fans de Lovecraft señalaron que aquél sonido, conocido como el “Bloop” se había captado a solo 1700 kilómetros de las coordenadas dadas por Lovecraft para la ciudad sumergida de R´yleh.
  • Lovecraft y el sueño. La mayoría de los relatos, así como las criaturas y mundos descritos por el maestro, surgieron de sus sueños. Historias como La declaración de Randolph Carter son transcripciones casi exactas, solo cambiando nombres y personajes, de una pesadilla de Lovecraft. Su ciclo onírico está inspirado en aquellos sueños, siendo Randolph Cárter un alter ego de autor.
  • Aleister Crowly. Al parecer el famoso mago negro británico tiene una conexión con Lovecraft a través de su mujer Sonia, dado que ésta fue pareja de Crowly antes que de Lovecraft. Hay quien dice que ambos llegaron a los mismos conocimientos de realidades alternativas mediante procedimientos diferentes, pues Lovecraft nunca creyó en la magia, ya que era un cientificista convencido.

Investigación sobre Lovecraft y redacción: Fco. Javier Galisteo Naranjo. Graduado en Historia del Arte por la UNED.